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No somos una gran potencia económica, no somos una gran potencia científica, no somos una gran potencia…, no somos una gran…, nos somos…, no…

En definitiva, León pasa por uno de sus peores momentos en la historia. Sí, desde aquellos gloriosos tiempos en la Edad Media en que fuimos uno de los imperios más potentes de Europa hasta hoy muhco ha pasado.

Hemos perdido el imperio, hemos perdido la independencia, hemos perdido un territorio para nuestro pueblo con un gobierno único, parte de los leoneses ni siquiera se reconocen como tales y otra gran parte ni siquiera reconoce a esos leoneses como tales.

Nuestro sistema económico se resquebraja, todas las decisiones importantes sobre nosotros, nuestra economía, nuestro futuro lo toman otros y si hay alguno de aquí que tenga influencia o decisión jamás nos prioriza.

 

Por qué las nuevas tecnologías

Una empresa de nuevas tecnologías puede situarse en León, Almería o kuala Lumpur. No necesita materias primas, sino simplemente un entorno que no le sea hostil.

Sí, es mucho pedir aquí y en estos días, pero el carbón no es rentable, la agricultura no es rentable, la ganadería no es rentable y pretender vivir de las migajas del estado /autonomía o creer que los servicios y ser todos camaereros y bareros es una utopía poco rentable.

Una empresa de marketing online, una agencia de SEO, una empresa que se dedique a la realización de páginas web o a la creación de redes de comunicaciones pueden tener perfectamente su sede yen nuestro país.

Nosotros obviamente no somos marisqueros de Huelva que producen sus famosas gambas, ni tenemos capacidad de producir trigo como lo hacen los estados cerealistas en estados Unidos.

Aquí no tenemos capacidad de producir aceite de oliva como lo hacen en ciertas provincias de Andalucía, que volcadas en ese tipo de agricultura tienen además un sistema de empleo rural exclusivo para ellos (obviamente para nosotros no hay nada similar).

Aquí tenemos lo que tenemos: capacidad individual, una población menguante pero aún con capacidad de remontar y una carencia absoluta de poder hacer nada sin que las instituciones públicas nos inviten a ir a tierras del este o nuestros vecinos nos pongan a escurrir si sobrepasamos la línea de mediocridad que se entiende como en la que hemos de movernos todos.

Esta es nuestra realidad, junto con la inmigración. Una realidad provocada por quienes con ese complejo de servir al amo no dudan en aceptar sus órdenes sin titubear y proponen incluso nuevos métodos para hundir más a esta tierra.

Por ello la principal salida es clara: ser dueños de nuestras propias empresas y reflotar desde el individualismo con un concepto de país nuestra capacidad de resistir para crecer.

La alternativa es clara: dedicarnos al mantenimiento de jardines en Barcelona o a hacer camas y similares en hoteles de madrid o en aticos en alicante, la costa de valencia y poco más, porque en general tampoco sabemos demasiados idiomas.

Aquí a los enemigos de León, especialmente si han nacido en León, no les nombramos personas non gratas, aquí se les proponen como candidatos a alcalde.

Esto es León.